Racing iba y no podía quebrar la resistencia de Riestra. Probaba tratando de ser siempre prolijo y sin caer en la desesperación. Sin el brillo de otras jornadas pero con las mismas convicciones. En un atardecer con ausencias (Juanfer, Carbonero y Maravilla) se sabía de antemano que el rival no sería sencillo por sus antecedentes de equipo metedor y que juega siempre al límite. Lo tuvieron al gol en sus pies Roger y Salas y también Baltasar Rodríguez con un remate desde afuera en la primera parte. El complemento trajo el murmullo impaciente de la tribuna pero la Academia siguió en su misma búsqueda con Sosa como eje tocando para los costado o para atrás para tratar de generar el resquicio y poder llegar con peligro. Además Echenique ignoró un claro penal contra Urzi en el comienzo de la segunda parte. Así los minutos se consumían y el gol no aparecía. Costas mandó a la cancha a Zucculini ,Solari, Almendra y a David González buscando respuestas en sus hombres de recambio. Pero el equipo de Fabbiani se defendía con uñas y dientes aferrado a ese punto que valía oro. Y justo cuando el reloj marcaba 96 minutos y la frustración parecía apoderarse del anochecer en el Presidente Perón apareció ese centro de Almendra y Salas que aguantó la pelota de espalda al arco para que Solari la deposite por abajo, lejos del esfuerzo de Arce y se desate la locura y el desenfreno. Sin descollar era estricta justicia el 1-0. Era el premio para el que lo buscó ante un rival que sólo hizo tiempo y renunció a jugar muy temprano. Un triunfo que llegó desde el banco con los cambios de Costas y se construyó desde adentro con un par de buenas atajadas de Arias, la jerarquía de Di Cesare y la paciencia colectiva de todos. Así pudo resolver un planteo incómodo y que evidencia cierta maduración como equipo porque hace un tiempo atrás sé había nublado ante propuestas similares. Tres puntos de oro y la punta que llegó de manera agonica y desató un verdadero carnaval en el Cilindro. Quinto triunfo consecutivo y todos con el arco propio en cero. Hay motivos y argumentos que alimentan las esperanzas, será cuestión de pensar que Racing mientras sigue en pleno proceso de formación ya sabe a lo que juega y cuales son sus atributos. Ayer sacó a relucir una paciencia infinita y terminó festejando con sus jugadores colgados del alambrado y con la gente encendida y muy ilusionada. Darío Giuliani