Así es el Racing 2024. Un equipo con un poder de fuego demoledor. De hecho hizo 46 goles en 23 partidos. Lo que sucede es que a veces tiene gol en los dos arcos, en el rival y en el propio y eso conspira contra el crecimiento colectivo. De los 23 partidos que lleva el ciclo Costas en 10 hizo 3 o más goles. Anoche demolió a Argentinos con un inapelable 3-0 (23 Martirena -63 Carbonero y 84 Roger Martinez) . El equipo de La Paternal en la previa no era un rival sencillo sin embargo casi no inquietó el arco de Arias. De entrada nomás la Academia avisó que atacaría con mucha gente y que el desnivel estaría con Carbonero por la izquierda y con Martirena por la derecha (autor de un golazo de volea). A eso hay que sumarle lo que obligan, contagian y conmueven Salas y Maravilla adelante. Cómo sello novedoso y distintivo hay que destacar que jugó cada pelota al límite. Raspando, metiendo, corriendo y pensando. Ahí entre Di Cesare y García Basso más Nardoni y Almendra armaron una espesa selva para que ni Oroz ni Verón pudieran pensar y generar juego en el Bicho. El golazo de Johan Sthepen Carbonero fue demoledor porque a esa altura los de Guede ya jugaban con 10 (Alvarez había visto la roja) y lo único que había que esperar era saber cuántos goles marcaría Racing. Fueron tres porque Roger metió un cabezazo hermoso tras un centro del uruguayo Martirena y la fiesta fue completa. Si con mucho trabajo y esfuerzo Costas logra darle solidez defensiva y si la gente le tiene un cuarto de la paciencia que le tuvo a otros entrenadores y además los dirigentes dejan de dudar ante el primer traspié entonces podremos decir que Racing estará para cosas grandes, importantes. Mientras tanto sigue siendo por momentos un equipo indescifrable capaz de perder con rivales muy menores y en otros casos un elenco brillante que arrolla a sus oponentes. Anoche estuvo en modo aplanadora y volvió a encender la ilusión de su gente, ojalá sea el despegue definitivo hacia los días más felices... Darío Giuliani