Jannik Sinner asomaba como favorito y las dos primeras horas y cuarto de la final de Roland Garros lo ratificaba . Carlos Alcaraz hizo gala de una asombrosa recuperación que lo pone a la altura de los más grandes del tenis, remontó una desventaja de dos sets y levantó tres puntos de partido en el cuarto para repetir título en un duelo memorable, maravilloso, uno de los mejores de todos los tiempos: 4-6, 6-7 (4), 6-4, 7-6 (3) y 7-6 (2) en 5.29 hs También doblemente histórico, por ser la final más larga de la historia en el torneo francés, muy por encima de las 4.42 de que disputaron en 1982 Mats Wilander y Guillermo Vilas. Así, con épica y gloria, Alcaraz repitió título en París. Es el tercero que lo defiende con éxito en lo que va de siglo tras Gustavo Kuerten (2000 y 2001) y Rafa Nadal (2005-08, 2010-14, 2017-20). Ya suma cinco en majors y es el único, junto con el Big 3 de Federer, Nadal y Djokovic que ha sumado al menos esa cifra desde el año 2000. Alcaraz había perdido sets en cuatro de sus seis anteriores partidos de esta edición de Roland Garros. Sinner ni uno. Por eso parecía llamado a triunfar. Pero en el tenis la lógica no siempre se impone. Ahí radicó la fuerza del ganador, sin desmerecer a un contrincante que también exhibió una mentalidad extraordinaria. Los dos son los mejores herederos de los tres titanes que podía esperar el deporte de la raqueta. Alcaraz y Sinner llamados a ser la nueva generación de campeones en este tenis actual que cada día es más atrapante Salud Carlos !!