Un verdadero partidazo armaron Funebreros y Sabaleros. Con situaciones cambiantes, errores defensivos, mucha entrega y suspenso hasta el epílogo. El 3-2 final en favor del equipo de Azconzabal llegó producto de haber sido más certero cuando tuvo sus oportunidades. Y eso que Colón se había puesto en ventaja aprovechando un error de Bravo que Gigliotti a los 27 transformó en gol. Pero en una ráfaga los locales dieron vuelta la historia con los tantos de Meléndez a los 37 y Riveros a los 39. Y luego a los 63 Andueza de cabeza estiraba la diferencia a un 3-1 con aroma a irreversible. Demasiado para este frágil Colón que anda golpeado, confundido y acumulando derrotas ( esta fue la cuarta al hilo). Es cierto que luego llegó al descuento aprovechando un error del arquero Avellaneda que no pudo retener el remate de Matías Córdoba para el 2-3 que metió al partido en una zona de suspenso hasta el final. Ahí fue cuando surgió el empuje del pueblo Funebrero para sostener la victoria (cuarta al hilo) y alimentar los sueños del retorno al círculo privilegiado. Y entonces cantaban en la popular y también en las plateas. Fue un duelo entre dos escuadras que supieron disfrutar de días de gloria en la Primera División y que hoy penan y sufren en tardes del ascenso. Fue un infierno de goles y emociones. Para Chaca quedó el triunfo y la cercanía con el cielo de la tabla. Para Colón quedaron las dudas y el dolor por una nueva caída y la ausencia de certezas sobre que pasará con su entrenador. Un nuevo capítulo del ascenso, otra tarde de fútbol, goles, alegrías, tristezas y también incertidumbre...