Pasó mucho tiempo para que Racing pueda gritar, desahogarse y celebrar que está entre los 4 mejores de la Copa Sudamericana. Tan sólo 18 segundos le costó a la Academia llegar al gol. Fue con ese zapatazo de Almendra que desató la fiesta en el Cilindro. Con una presión asfixiante y bien arriba los de Costas trituraban a un Paranaense desorientado y confundido. Así fue que a los 23 luego de una combinación Juanfer - Roger llegó el 2-0 que llevó la firma de Maravilla Martinez. Y antes del final del PT el 3-0 tras gran jugada de Juanfer para la definición de Roger. Ni siquiera el descuento de Nikao al comienzo del complemento logró hacer tambalear a Racing que tenía muy claro su objetivo. Es el sueño que tenemos cuerpo técnico, hinchas y jugadores dijo Costas después del partido. Y no fue casual que omitiera nombrar a los dirigentes que le viven buscando reemplazo. Hoy el DT acertó en el planteo táctico y también en los cambios. Sabía que era clasificar o irse. Por eso fue decisivo ese gol de Martirena a los 77 que dejó la pelota colgada en un ángulo y además quebró el maleficio para volver a meter a Racing en una semifinal 27 años después. Es cierto que no se ganó nada todavía pero en el espeso clima político que se vive en el club es un triunfo que trae oxígeno y paz. Ahora es el momento de recuperar terreno en el plano local y luego ya habrá tiempo de pensar en el Corinthians. Hoy en una noche de festejos en donde el empuje de la gente fue decisivo logró quebrar esa pared que parecía imposible de superar que eran los cuartos de final. Sabe que de local es muy fuerte y que convirtió en esta Copa Sudamericana al Cilindro en un bastión inexpugnable donde ganó todos los partidos que jugó. Deberá trabajar en el plano emocional y corregir distracciones defensivas. Además para esa serie ya van a estar García Basso y Vietto. Pero para analizar lo que viene hay tiempo. Hoy fue una noche de reencuentro y redención. Hoy fue la noche en que Racing sintió que está a 180 minutos de la final. Dario Giuliani