El 4 de junio del 2021, hace un suspiro nada más, Colón ganaba la Copa de la Liga en aquella recordada final ante Racing donde se impuso por 3 a 0. Desde ahí para acá todo fue derrumbe y debacle. Tal es así que en los últimos tres años pasaron 8 entrenadores con estilos diferentes después de la salida de Eduardo Domínguez, el DT que lo llevó a la gloria. Ayer era para muchos la tarde del reencuentro entre el equipo y la gente. La fiesta empezó temprano con el merecido homenaje al Flaco Vivaldo el DT del Tricolor. El rival, Brown de Adrogué tenía como único objetivo arañar un empate y así tratar de evitar el descenso a la B Metropolitana que lo acecha y lo angustia. Los resultados de los rivales en la lucha por ganar la zona B eran alentadores para el Sabalero porque habían perdido San Telmo y Gimnasia de Mendoza y además habían empatado sus respectivos encuentros Nueva Chicago y Defensores de Belgrano. Tan sólo Aldosivi había ganado. Estaba todo dado pero Colón otra vez eligió pegarse un tiro en los pies. Un equipo nervioso, lento y sin sorpresas fue el Rojinegro que ahora dirigido por Rodolfo De Paoli juega tan mal como lo hacía cuando el responsable táctico era Iván Delfino. Ni siquiera jugar con el apoyo de su público pareciera motivarlo. La ansiedad, la presión y saber que la punta no sólo está cada vez más lejos, ahora empieza a peligrar la clasificación al Reducido porque Colón está ocupando el último lugar de los que lo van a jugar si el torneo terminara hoy. Ni Braian Guille fue la solución ni el ingreso de Soñora. Todos fueron arrestos individuales, mil centros buscando la cabeza salvadora de Toledo. Fútbol? Poco y nada, a cuentagotas. Además con Brown en ventaja (31 López) el aliento de la gente pasó a ser murmullo, reprobación, silbidos e insultos. Pero Colón seguía yendo con el alma herida y la visión nublada. Es verdad que lo pudo empatar, lo mereció pero pagó caro su falta de definición y su poca claridad. Para cerrar un atardecer para el olvido en tiempo adicionado en una solitaria contra fue Gonzalo Gamarra el que decretó el inapelable y doloroso 0-2 en favor de los de Adrogué. Y ahora? Primero Colón deberá asumir que la situación no es sencilla. Después entender que le quedan 6 finales y que aún está a tiempo de cambiar este presente. Al final deberá hacer números y ver para qué le alcanzó la cosecha. Quizás el error primitivo fue creer que con dos o tres jugadores históricos (Goltz, Prediger , Bernardi) y el apoyo entusiasta de los pibes era suficiente. Es sabido que la Primera Nacional es históricamente un torneo duro y muy parejo dónde los que tienen menos jerarquía emparejan a los que más tienen corriendo, metiendo y raspando. Hoy Colón como ayer fueron Central, River, Independiente o Gimnasia la pasa mal porque decodificó tarde (o aún no lo hizo) la forma de jugar este tipo de torneos. Por eso anda a los tumbos, con aires de preocupación y gesto adusto. Por eso su gente sufre al ver los escombros de un equipo que hasta hace muy poco era protagonista triunfal en la Liga Profesional. Por eso sobre el estadio Brigadier General Estanislao López soplan vientos con aire de melancolía por aquellos viejos buenos tiempos que hoy parecen tan lejanos, casi inalcanzables... Darío Giuliani .