Hace 38 años Argentina lograba su segundo título mundial. Diego Maradona, el mejor jugador del mundo, llegaba a la cúspide. El mundo unido por un balón decía la canción oficial de México 86. La realidad fue que Maradona, sus muchachos y Carlos Bilardo se unieron para llevar a la Argentina a la cima de la pelota. De andar irregular en las eliminatorias y con algunas polémicas bajas (Fillol y Barbas, entre otros) el equipo se construyó en tierras aztecas. La mano del DT con tiempo de trabajo (fue el primer equipo que arribó al Mundial) le permitió desplegar toda su sabiduría. Un planteo 3-5-2 muy criticado por algunos especialistas pero muy efectivo. Ese mediodía mexicano mostró a un equipo argentino en gran forma. A los 22 minutos llegó la primera estocada: de un tiro libre de Burruchaga, una mala salida de Schumacher y el cabezazo de Brown se abrió el marcador. Alemania no encontraba oxígeno para frenar tanto fútbol. A los 55 minutos llegó el segundo gol. Luego de un córner a favor para Alemania, un pase al vacío de Héctor Enrique (una de las sorpresas de la Copa) para Valdano que definió cruzado ante la salida del arquero. Con el 2-0 a favor parecía que sólo había que esperar el final. Sin embargo Alemania mostró que estaba vivo. Con sendos cabezazos de Rummenigge y Voeller empató las acciones. Por breves instantes reinó el desconcierto hasta que Maradona agarró la pelota y empujó al equipo. A falta de seis minutos, Diego rodeado de camisetas verdes sirvió un pase para la corrida de Jorge Burruchaga, esté definió a la salida del arquero y la pelota ingresó por debajo de sus piernas. La persecución del lateral Briegel había sido en vano. Así Argentina lograba su segunda estrella, en suelo extranjero y con una Selección que dió cátedra. Para el final un párrafo para la figura de la Copa. En la voz de Ernesto Fritz y en las imágenes de Héroes (la película oficial del Mundial): “En este 29 de junio de 1986 Diego Armando Maradona alcanzó la inmortalidad”.