Miércoles 9 de Octubre de 2024

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DEPORTES

9 de mayo de 2024

BONAVENA

Especial Alejandro Arnedo

Las tres caídas en el último round presagiaban el camino del final. La gloria, esa dama esquiva que se codea solo con unos pocos elegidos decía que no, le coqueteo hasta casi entregarse en el noveno pero no. Caía el campeón sin corona en el mítico Madison Square Garden, ante el boxeador mas grande de todos los tiempos y por mas que esto sea discutible lo tomaremos asi. Caia el que no logró la corona pero que se transformaría en tal vez el más famoso de los boxeadores argentinos. El Titi, nacido un 25 de septiembre de 1942 en el seno de un hogar de inmigrantes italianos, de madre lavandera y padre conductor de tranvia, abandonaría al colegio en sexto grado porque había que trabajar para parar la olla en casa. Allá por los 16 años se le dio por probar con el boxeo, en su querido Huracan de Parque de los Patricios, y se fue abriendo paso en esa categoría donde los golpes duelen y se sienten más que en ninguna otra: la de los pesados. Ganaría su primer torneo amateur en el año 1959 y torneos sudamericanos en los dos años venideros. En 1963 le llegaba la oportunidad de participar en los juegos panamericanos de San Pablo Brasil y allí comenzaría a cambiar la historia. Descalificado por morder al norteamericano Lee Carr sufriría una sanción por parte de la FAB que lo dejaría fuera de los rings por espacio de un año. Fue allí donde surgió la posibilidad de emigrar a los Estados Unidos para continuar con su carrera y en esas tierras lejanas en las que el grandote de voz aflautada buscaba forjar su destino se produjo su debut como profesional un 3 de enero de 1964. Fue victoria e hilo 9 triunfos consecutivos en la meca del boxeo. El Titi pasaba a ser Ringo, apodo que devino por su corte de pelo similar al de un tal Ringo Star, baterista de una banda denominada Los Beatles. Por si no se ha dado cuenta, desprevenido oyente o lector me estoy refiriendo a Oscar Natalio Ringo Bonavena. El ruido que produjo en Norteamérica llegaría hasta estas tierras y en 1965 se le daba la oportunidad por el título argentino de los pesados ante Gregorio Goyo Peralta. Un choque de estilos y de personalidades, Goyo de perfil bajo, de buena técnica y Peronista. Ringo estridente, peleador y (fiel a su hogar de origen radical) conspicuo antiperonista. Esa noche el Luna Park batió récords de asistencia con más de 25 mil espectadores, record vigente hasta la actualidad y la televisión a su vez batiria récords de audiencia. Fue triunfo y título para Ringo, nacía asi el personaje, el que tal vez primero comprendió como era este juego entre el campeón, la exposición mediática y la fama. Fanfarrón, canchero, polémico, en paralelo a su carrera boxistica actuaría en películas con las principales figuras del momento, participaría en el teatro de revistas con figuras de la talla de Zulma Faiad y hasta grabaría un disco con el grupo uruguayo Los Shakers cuyo hit resuena hasta nuestro días, el famoso Pío Pío PA. Aquella caída con Ali, a quien provoco de todas las formas posibles en la previa con la osadía e irreverencia propias del porteño de barrio, marcaría el pináculo de su carrera. ALI declararía posteriormente que Bonavena era el rival más difícil que había enfrentado hasta entonces. Ringo comenzaba esa noche un lento descenso que tendría su punto culmine aquella noche del 22 de mayo de 1976 en el Mustang Ranch. Su ultima pelea profesional se llevó a cabo el 26 de febrero de ese mismo año en Reno, Nevada. Le ganó por puntos en 10 asaltos y por decisión unánime al norteamericano Billy Joiner. Obsesionado por una revancha con Ali había firmado un contrato con el mafioso Joe Conforte, con la promesa de que este con sus contactos lograría el ansiado combate con Ali. Atrás habían quedado las peleas con Joe Frazier y las noches estelares de box. Conforme pasaban los meses Ringo cayó en la cuenta que estaba siendo engañado, pero así en la vida como en el ring, iría al frente con la tozudez de un toro. Sin su documentación personal perdida en un atentado donde todas las luces de la responsabilidad apuntaban a Conforte, habiendo iniciado un romance con Sally, la esposa de este, un romance que sonaba más a venganza y conveniencia que a las mieles y encantos del amor, habida cuenta que todos los negocios de Conforte estaban a nombre de su esposa, Ringo se dirigió al Mustang Ranch munido de una pistola con el cargador completo. La orden que tenían los guardaespaldas era la de no dejarlo ingresar pero como decirle que no a Ringo, como frenar ese torbellino de furia y potencia? John Colletti le suplicó que se retirara, que las cosas se agravarian, Ringo no entendía razones, sacudió las rejas del Mustang Ranch, el disparo del fusil 30.06 sonó seco y gélido, impactando sobre la humanidad del gigante de Parque de los Patricios, al primero se le sucedieron 5 disparos más propinados por el matón Ross Brymer. En un instante se terminaba la vida de Ringo Bonavena, ese instante que separa la vida de la muerte, ese umbral sin retorno denominado muerte. Su despedida se llevó a cabo en el mítico Luna Park ¿Donde sino? Desfilaron más de 150 mil personas para despedirlo y para corroborar lo que nadie quería creer: Ringo era tan mortal y frágil como todos y cada uno de ellos. Su funeral, tal vez como un último acto de irreverencia, fue la primera manifestación masiva y popular que se produjo en medio de una sangrienta dictadura comenzada tan solo dos meses antes y con estado de sitio mediante. Fue en ese preciso momento que la leyenda y el mito nacían, el campeón sin Corona que pasaría a la historia como el más famoso de los boxeadores de esta bendita tierra llamada Argentina. Con tan solo 35 años se apagaba la vida de El del barrio de la Quema, Óscar Natalio Ringo Bonavena.

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