Volvió a perder Racing (está vez 2-3 ante Argentinos en Avellaneda) que llegará a la final de la Recopa ante el Botafogo desdibujado y con algunas señales de alarma. Con 3 derrotas en sus últimas 4 presentaciones ayer fue por momentos ampliamente superado por un rival que siempre tuvo claro lo que quería. No pongo las manos, pongo el cuerpo en el fuego por estos jugadores dijo Gustavo Costas luego del partido tratando de inyectar ánimo a sus hombres y a una hinchada que otra vez dijo presente y que se fue con las manos vacías y llena de intranquilidad. Es verdad que la cabeza de todo Racing está puesta desde que se inició el calendario deportivo en la Recopa. Pero que el equipo en 6 presentaciones haya sufrido 3 derrotas (y cosechado 3 triunfos) genera cierto malhumor y no permite ver con el mismo ánimo que el DT académico el futuro inmediato aunque nadie se baja del tren de la ilusión. Anoche hubo pasajes donde se vio a un elenco desorientado y confundido. Los ingresos de Barrios y Toto Fernández lavaron un poquito la imagen que de todos modos estuvo lejos de ser buena. Ni siquiera esa arremetida del final con los goles de Barrios y Di Cesare taparon los enormes problemas en el funcionamiento colectivo. No es para dramatizar la situación pero si para seguir remarcando que ante la exigente temporada y las lesiones partido tras partido queda al descubierto el flojo mercado de pases y lo corto que es el plantel. Por eso Costas recurre a chicos como Vitale, Fraga o el lateral izquierdo Sánchez para completar el armado del plantel y encontrar dentro del club lo que los dirigentes no le dieron. El jueves próximo se pone en juego la Recopa pero también el orgullo y el honor de un grupo que supo sobreponerse varias veces a situaciones muy adversas. Hoy Racing está atravesando un frente tormentoso que lo castiga duro. Todavía está a tiempo de enderezar el rumbo y una final internacional puede ser la oportunidad ideal...