. Otra vez (y ya genera fastidio) se volvió a ver el costado apático y sin confianza del elenco albiceleste. Un equipo que se arrastró en Córdoba y cayó sin atenuantes por 0-2 ante Talleres (17 Depietri y 63 Tarragona). Con una formación muy suplente es cierto, lo que ofreció la Academia fue de una pobreza manifiesta. Con jugadores que caminaron en lugar de correr. Con errores infantiles y con desatenciones que se pagaron caro. Además ahora al cuadro de Avellaneda le cuesta una enormidad generar situaciones claras de gol y convertir. Solo llegó a la red rival en uno de los últimos cinco partidos. Hoy fue apenas un partenaire que vió como Talleres (con 10 jugadores desde el minuto 34) se quedaba con un triunfo que lo pone en carrera en la lucha por el título. Mientras los hombres dirigidos por el Cacique Medina metían, raspaban y corrían los jugadores académicos trotaban pasivos y resignados. Además de problemas físicos la Academia sufre de una endeblez anímica que preocupa. Ante un gol rival se cae a pedazos y aparecen los nervios y las ataduras. Racing fue una verdadera sombra de lo que alguna vez supo ser un equipo que no brillaba pero que era contundente. Así empieza a ver que la Liga Profesional se escapa y tiene todas sus esperanzas depositadas en ese casillero que dice Copa Sudamericana. Por eso el jueves se pone en juego el proyecto deportivo y también político. El sueño de volver a jugar una semifinal internacional después de 27 años sigue intacto y marcará muchas cosas de cara al futuro inmediato. Deberá mejorar y mucho. Hoy a Costas se lo ve sólo, golpeado y confundido. Hasta acá no alcanzó con su amor por los colores. Por eso toma matices tan decisivos el choque ante Paranaense. Racing viene a los tumbos, sin rumbo y con jugadores muy por debajo de su nivel. Hoy tiró a la cancha a 11 sombras que irrespetaron su historia, algo que no puede volver a suceder jamás. El jueves tendrán que meter, jugar, pensar y sentir los colores como lo siente la gente que siempre responde y otra vez va a acompañar en forma masiva. Ojalá sea una noche de reencuentro, que aparezca el brillo y se disipen tantas sombras... Dario Giuliani