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DEPORTES

24 de abril de 2024

EL ÚLTIMO PARTIDO DE PIRAÑA

Especial Darío Giuliani

Por dónde empezar a contar esta particular historia? Describiendo como estuvo organizado aquel Torneo de la “D” en la temporada de 1980 que se dividió en tres zonas (la A, la B y la C) que aglutinaban a 32 clubes o voy directamente a la tarde del 30 de agosto de aquel año en Valentín Alsina a la cancha de Victoriano Arenas donde Piraña recibía a Cañuelas por la última fecha del Torneo para completar el fixture de la zona C? Cuentan los memoriosos que aquella jornada Piraña derrotó por 1 a 0 (gol de Adán) a Los Tamberos . Aquel triunfo en el cierre del certamen fue el tercero en 20 partidos donde nunca empató y sufrió 17 derrotas habiendo anotado 14 goles y recibido 74, sacando 6 puntos sobre 40 posibles. Sin embargo no terminó último en su zona (ese fue General Belgrano) pero por una decisión dirigencial el club eligió el camino de la desafiliación. Alegando que el fútbol generaba déficit en el presupuesto decidieron no participar más en los torneos de AFA. Que lejos parecía haber quedado aquella final en cancha de Argentinos Juniors el 6 de enero de1979 cuando derrotó por 4 a 1 a JJ Urquiza y se consagró campeón para jugar en la “C”. Consumada la desafiliación el club siguió teniendo algunas actividades pero su corazón futbolero había dejado de latir. Fundado un 12 de septiembre de 1942 y afiliado a la AFA en 1961 junto con Arsenal de Sarandí, Luján, Ituzaingó, Midland y Villa Dálmine entre otros. El lema que luce con orgullo bajo su escudo en la sede social dice “CLUB PIRAÑA, JUSTO, LIBRE Y SOBERANO”. De su semillero surgió ni más ni menos que Héctor ”Chirola” Yazalde, aquel mítico goleador que luego brillara en Independiente, Sporting de Portugal, Olympique de Marsella y NOB de Rosario. Al no tener actividad futbolística sufrió la pérdida de muchos socios y además tuvo que convivir con la profunda crisis económica que estaba dejando en todo el país la despiadada dictadura militar. Los años pasaron y la gente se olvidó de aquel entrañable club que había sido un animador de los torneos de las categorías más bajas. La función social en el barrio sin el fútbol presente perdía consistencia y adeptos día tras día. Así fue como cerró sus puertas y sufrió el abandono de su estadio. Del olvido, el silencio y el ostracismo lo rescataron años después un grupo de socios y ex jugadores que de a poco empezaron a aglutinar voluntades y con donaciones y mucha gestión lograron recuperar el club para que pudiera abrir sus puertas nuevamente. En 2017 volvió a competir por torneos oficiales juveniles mientras sueña con la vuelta a la Primera “D” hoy maquillada bajo el nombre de “Promocional Amateur”. Pero volvamos al 30 de agosto de 1980 en Victoriano Arenas donde Piraña hacía de local. Imagino poca gente en las tribunas viendo un partido con escasas llegadas, contadas emociones y mucha pierna fuerte. Piraña que encuentra el gol y Cañuelas que va a los ponchazos buscando un empate en el que no cree demasiado y se pierde un par de goles debajo del arco hasta que el árbitro señala el final. Nadie se da cuenta o sí que es el final de una hermosa historia? Sabían los hinchas que ese día se terminaba Piraña? O era una decisión que guardaban en secreto los dirigentes? Un clima de nostalgia flotaba aquella tarde sobre el estadio “Saturnino Moure”? Son preguntas que 44 años después no tienen ni tendrán respuestas posibles. Imagino a un abuelo tomando a su nieto de la mano saliendo con paso presuroso de Valentín Alsina. Por allá veo a dos hermanos de unos 25 años que salen felices por el triunfo sin intuir el desenlace que más adelante tendrá esta historia. Un papá con sus dos hijos bajan apurados de la platea porque la tarde es algo fría y trajeron poco abrigo. Se van las delegaciones de ambos clubes, se cierra el estadio y la vida sigue. El Torneo de la D todavía debe definir quién ascenderá a la C pero esa es otra historia. Esa tarde en esa cancha algunas personas sabían que se estaba escribiendo el capítulo final de Piraña como equipo de fútbol afiliado a la casa madre del fútbol argentino. Es verdad que había sido una campaña traumática y hasta humillante con abultados resultados adversos que advertían sobre un futuro poco promisorio. El 1-9 ante Laferrere en la octava fecha o el 0-5 vs Cañuelas sumado al 2-6 ante Claypole pero el 0-6 ante Brown de Adrogue y el 1-8 ante Defensa y Justicia parecieron colmar la paciencia de una comisión directiva harta de convivir con las frustraciones deportivas permanentes. La debacle los había alcanzado, el final estaba cerca y ellos le pondrían la rúbrica. Aquel 30 de agosto de 1980 cuando el último jugador abandonó el campo de juego marcó el final de una era, el momento en el que Piraña por más de 40 años no volvería a jugar en forma oficial. Decisiones apresuradas y poco elaboradas? Falta de liderazgo político? Sensatez ante lo inevitable?. Lo único concreto es saber que cada vez que un club cierra sus puertas nos debe doler y preocupar a todos. La gestión deportiva no es una tarea sencilla y no es para cualquiera. Esperar la llegada de un “salvador“ o de un grupo empresario para que arregle todo es buscar una salida fácil a un problema difícil. Los clubes siempre serán de los socios y sólo ellos podrán decidir y encontrar las respuestas en los aciagos tiempos de las crisis. Termino de escribir pensando que tal vez no estemos lejos del retorno de Piraña a los sábados de ascenso y vuelvo a dejar volar mi imaginación mientras veo el saludo de los capitanes en el círculo central de la cancha de la calle Elía 678 en una soleada tarde y también observó como en el intercambio de banderines se lee claramente la leyenda: CLUB PIRAÑA, JUSTO, LIBRE Y SOBERANO…

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