DEPORTES
2 de diciembre de 2024
¿SERÁ VÉLEZ UN MÚLTIPLE CAMPEÓN DE GUINNESS?
Especial: Walter Vargas
En un fútbol argentino mediocrizado, manipulado por las corporaciones y por los patanes de la AFA con Chiqui Tapia a la cabeza, asediado por el Gobierno Nacional y su pretendido horizonte de Sociedades Anónimas Deportivas, todavía sin hinchas visitantes en las tribunas, con el 80/85 por ciento de sus mejores jugadores en tierras lejanas y con partidos que en su enorme mayoría obligan a una posterior consulta con un oftalmólogo, así y todo hay flores que nacen en el lodazal. Casi ahora Racing y su gesta de la Copa Sudamericana en Asunción. Y tal vez, pese a que las aguas bajas por un río revoltoso, Vélez dispone de la infrecuente chance de coronar tres veces en diez días, o por ahí.
He aquí un escenario plausible para un equipo dirigido por un director técnico de mucha experiencia en el exterior, Gustavo Quinteros (de paso por Bolivia, Chile, México, Ecuador, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos) y un lejano paso por San Martín de San Juan (2006/7), menos recordado como hombre de marcador y pizarrón que por haber representado a la selección de Bolivia en el Mundial de 1994, en Estados Unidos. Un defensa central tiempista y de salida con pelota al pie y pase claro.
Nacido en Cafferatta, Santa Fe, tal como su ayudante de campo y amigo personal Leandro “Chavo” Desábato, Quinteros fue de menos a más en las tareas fundacionales y en el rendimiento del equipo. De hecho, la prensa apegada a detectivescas pesquisas deslizaban que los modos del DT en cuestión caían mal en el seno del plantel y pronosticaban una salida expeditiva.
Menos de un año después (fue presentado el 4 de enero), Vélez ofrece un equipo que a falta de estrellas ha consumado un admirable encastre de pibes (¡Álvaro Montoro anda por los 17 abriles!), más un puñado de maduros competentes (notable el campeonato de Claudio Aquino) y algún veterano que se refundó en una segunda juventud. El caso más luminoso es el de Braian Romero, un delantero de lo más terrenal, camino de los 34 años, de escaso suceso en camisetas grandes-grandes como las de Independiente, River, Internacional de Porto Alegre, que en Liniers encontró su lugar en el mundo y el arco se le hizo un amigo de hierro. Pensemos que el lateral Joaquín García tiene 23 años; el segundo central, Valentín Gómez, 21 y el usual suplente Damián Fernández, 23; el medio centro Christian Ordóñez, 20; su talentoso delantero revulsivo Thiago Fernández, 20; más una nueva joyita, Maher Carrizo, de 18. Vaya un botón de muestra de lo austero que es el plantel del club de Liniers: Hull City, que hoy está descendiendo de Championship de Inglaterra, un equivalente a la Primera Nacional, solo que es concebida como la sexta liga más competiva del planeta después de la Premier, Bundesliga, Italia, España y Francia) a League One (una suerte de Primera B Metropolitana aun más exigente y federalizada), acumula un presupuesto de players de 76 millones de euros. El equivalente de Vélez a lo más llega a 52. ¿Qué tal? Pero lo más curioso y atrayente de este escenario, es que Vélez dispone de una oportunidad dorada: la de ser el primer club criollo en dar tres vueltas olímpicas en menos de dos semanas. Por saber, en la Liga Profesional podría coronar el próximo domingo 8 versus Unión en Santa Fe o el domingo siguiente versus Huracán en el José Amalfitani. El miércoles 11 afrontará la final de la Copa Argentina mano a mano con Central Córdoba de Santiago del Estero y el sábado 21, en el estadio Madre de Ciudades de la capital santiagueña, se las verá con Estudiantes de La Plata (ganador de la Copa de la Liga) por el Trofeo de Campeones. Y aunque nadie vence o pierde en la víspera y tal como advierten los sabios del turf, “en la cancha de ven los pingos”, no extrañaría que el Vélez de Quinteros inscribiera su nombre en el libro de récords del fútbol argento.