Ayer se vivió otra jornada épica que nos regaló el ascenso. Con emociones que llegaban desde diferentes escenarios y con suspenso hasta el final. El gol en Santa Fé de Colón ante Deportivo Madryn al minuto de juego (Brian Guille) se gritaba en Mataderos y también en Mar del Plata. Aunque a los 19 Crego marcaba la igualdad en el Cementerio de los Elefantes para los del sur. Nueva Chicago sufría porque no podía con Brown de Adrogué . Mientras tanto en Mar del Plata Aldosivi le ganaba a San Telmo con ese gol de Elías Torres (pura picardía) a los 37 y se ilusionaba. Sobre el final del PT el número 9 erró un penal pero el Tiburón seguía soñando. Los segundos tiempos se vivieron con las aplicaciones y las radios encendidas buscando información minuto a minuto. Así llegó el gol de Chicago con ese cabezazo de Facundo Castro a los 66 que además condenaba al descenso al equipo del Flaco Vivaldo. Mientras tanto en Santa Fé se mantenía el empate y Andrés Merlos en la Feliz ignoraba un claro penal para San Telmo ( por lejos el equipo más perjudicado del certamen). Cuando todo parecía encaminarse a una final entre San Martín de Tucumán y el Torito de Mataderos llegó ese minuto final que traslado la fiesta 400 kilómetros hacia la costa atlántica. Porque luego de desperdiciar tres o cuatro chances claras de gol Chicago se durmió en el fondo y apareció la cabeza de Tellas a los 95 que evitó al menos por ahora la perdida de categoría para los de Adrogué y dejó a los de Mataderos sin final. Además en ese mismo momento Aldosivi llegaba al segundo gol gracias a esa definición llena de suspenso por parte de Agustín Colazo para que todo el estadio Minella sea un sólo abrazo gigante, emotivo y lleno de esperanzas en el sueño de volver a jugar en Primera. Un final como sólo el fútbol puede regalar con incertidumbre, lágrimas, sonrisas, sueños y desazón. El Santo tucumano o el Tiburón definirán la próxima semana el primer boleto a la Liga Profesional. Para el resto está aún latente la chance del Reducido. Fue otra tarde de ascenso a flor de piel en dónde sólo queda decir: gracias por el fútbol...